-Paradigma Tecnológico: Este paradigma también se llama
empírico, analítico y positivista. Este es el de “saber hacer”. Este paradigma
entiende la realidad social por sí misma. Tenemos que aprehender la realidad
según nos la dicen, no se interpreta. Es un paradigma objetivo. Este paradigma
interpreta la cultura como algo vertical (de arriba hacia abajo), y esa cultura
nos viene dada.
Lo
que no se puede ver, a este paradigma no le interesa. Según este paradigma los
intereses del otro no se tienen en cuenta. Este paradigma entiende el
conocimiento como lo que se aprende, algo estático que pasa de generación en
generación. En el paradigma tecnológico
la teoría esta antes que la práctica, por lo que se puede decir que no se basa
en la experiencia.
Desde el punto de vista de este modelo (los educadores
sociales) los agentes son los profesionales, técnicos…es decir personas
cualificadas que se supone que tienen los conocimientos. Los agentes lo que
tienen que hacer es predecir y controlar lo que va a pasar para que sea
objetivo. Este paradigma además de todo
esto quiere que los objetivos sean eficaces y competentes, la cultura la mide
en términos de eficacia.
Una de las críticas que se hace a este paradigma es que es
muy técnico. Este paradigma no tiene en cuenta en ningún momento ni el cambio,
ni la transformación social. Además ve el cambio y la transformación social
como un problema. Otras críticas que recibe, es que separa la acción de la
reflexión y los hechos de los valores. También separa la racionalidad del
sentido común.
-Paradigma interpretativo: Desde este paradigma la realidad
se construye por cómo nos relacionamos con los otros y por cómo nos
comportamos.
No es una forma estática de ver la realidad como era el
paradigma tecnológico. En este paradigma la realidad se ve desde el punto de
vista de los participantes. No es el experto el que dice así es la realidad
sino que la interpreta la gente que vive en ella.
Este paradigma concibe la cultura desde un punto de vista
horizontal, y siempre está relacionada con las personas que forman parte de ella.
Aquí hablamos de “su” cultura. Para este paradigma lo importante es el aquí y
el ahora, a este paradigma no le importa la historia sino este momento. Otro
aspecto importante para el paradigma interpretativo es que la ciencia sin
experiencia no se construye, es decir lo que realmente importa es la
experiencia. Aquí los sujetos son importantes, nos importa que sea lo que la
gente quiere, lo que necesita, etc, y de ahí construir nuestro trabajo.
A
la Animación Sociocultural desde este paradigma le interesa formar a la gente.
Se relaciona con este paradigma todas las actividades relacionadas con el
voluntariado, asociasocismo… Una crítica
que se le hace es que hay tanta diversidad de actividades que se deja de lado
esa transformación, se preocupa de formar a la gente y se deja de lado la
transformación social.
-Paradigma Dialéctico: Este paradigma también es conocido
como el crítico, socio-critico. Este paradigma trata de comprender el discurso
y las prácticas culturales con una transformación profunda, e incluso radical
de la sociedad. Es un paradigma construido desde la diversidad, aunque procedan
de un mismo origen intelectual.
La realidad social se constituye en la historia de un modo
dialéctico. La cultura y sociedad establecen entre sí una relación
cíclica. La crítica de la cultura y de
la sociedad es una y la misma cosa. “Saberse” y “reconocerse” como
protagonistas de la historia.
En el paradigma dialéctico o sociocrítico deben ser las
prácticas sociales y políticas las que contribuyan a que las personas proclamen
sus intereses, a que desarrollen y aclaren sus expectativas, creando y
recreando su propia opinión en el dialogo comunitario. La teoría ha de ser
orientada a la conciencia, ya que solo así podrá transferirse, construirse y
problematizarse en prácticas culturales.
La animación sociocultural también se ejercita como
una práctica social y política. Su sentido último es la democracia como
implicación duradera y establece en la resolución de los problemas cotidianos,
extendido a la participación ciudadana.
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