¿Cómo educamos a un ciudadano? Un ciudadano no es solo el que
cumple las normas cívicas, un ciudadano es mucho más.
¿Cuándo uno es sujeto y cuándo no lo es? Uno es sujeto cuando
tiene voz propia, cuando tiene
obligaciones, y por tanto, unos derechos, cuando puede gestionar su propia
vida… No soy sujeto porque lo diga sino por las funciones que desempeñe. Como
cita Caride: “Ser ciudadano tiene sentido con una serie de características.
Tener derecho, disfrutar de sus libertades y de las responsabilidades que éstas
compartan para cualquier convivencia que se proclame democrática, iniciativa de
cada persona para proveer una mejor calidad de vida…” Muchas veces confundimos
ser clientes con ser sujeto.
Como ciudadanos nos limita la ley del lugar del en el que vivo pero no sólo la ley, tenemos otra
serie de limitaciones como el entorno social, lleno de tradiciones, costumbres,
formas de ser y de hacer…, además nuestras autolimitaciones, limitaciones que
nosotros mismos nos ponemos, son las más duras y vienen derivadas de esas otras
(derechos, leyes y entorno).
Desde la educación social cuando educamos a alguien para ser
sujeto tenemos que educarlo para que sea crítico. Como objetivo educativo busco
la capacidad de iniciativa.
¿Por qué la educación social tiene que ocuparse de la
cultura? Porque la cultura y el arte son dos vías para pasar de las redes
economicistas, además la cultura nos aporta identidad, lo que nos gusta puede
ser o algo espontáneo o algo que alguien te haya incitado a que te guste, a
hacerlo; como por ejemplo si de pequeño tus padres te llevan a conciertos y te
llevan a clases de música, es muy probable que en la actualidad te guste la
música y que tengas iniciativa de aprender a tocar un instrumento.
Como educadores o educadoras sociales hay que contribuir para
que se pueda producir este proceso, ya que es importante sacar a la luz las
potencialidades de cada persona, lo que les hace disfrutar.
¿Y por qué la cultura y el arte? Porque ambas son
herramientas con un alto nivel de aprendizaje, el futbol por ejemplo tiene un
nivel de aprendizaje más limitado.
El autor define que la cultura le permite encontrar otros
significados a la vida y experimentar otras experiencias.
Desde la educación social tenemos que pensar como
contribuimos para que eso pueda producirse. Si trabajamos como educadores
sociales y tenemos recursos como saber bailar, pintar, escribir… esos recursos
los podemos utilizar.
La cultura es la que me deja salirme de mi realidad estrecha
y abrir mi abanico.
Desde la animación sociocultural trabajar por ejemplo la
literatura con un niño que sus padres se acaban de divorciar es difícil, pero
si puede ser una puerta. Desde lo educativo cuando un niño o niña tiene un
conflicto se trabaja con la cultura para tratar ese conflicto.
Se puede decir que la práctica ciudadana da lugar a aquello
que llamamos sujetos, y estos sujetos tienen unas necesidades como son:
Como primera necesidad que tenemos está la axiológica, que es
básica de subsistencia, de protección, afecto, entendimiento, participación,
ocio, creación, identidad y libertad.
Otra necesidad que tenemos es las existenciales, quiénes
somos, atributos personales o colectivos como atributo sustantivo. Necesitamos
relatos, aunque no sean ciertos, aunque no sean declarados, pero el ser humano
necesita saber quién es, de dónde viene… Necesitamos estar anclado en un lugar,
saber que pertenezco a algún sitio, las obligaciones que tengo, los roles que
se me han asignado…
El hacer es otra necesidad, nuestros programas no tienen que
reducirse a actividades, lo primero que tengo que saber es lo que voy hacer y
por qué eso y no otra cosa.
Desde la animación sociocultural, cualquier proyecto no se
puede empezar por las actividades porque si yo ya desde un principio diseño las
actividades finales no hay participación de la gente. Lo que hace el educador o
educadora social es ayudar a los grupos a conseguir esa actividad autónoma, que
sea la gente quién imponga sus actividades a partir de sus necesidades. Pero
muchas veces nos confundimos, o el educador diseña o el educador hace lo que la
gente dice pero esto a veces es negativo porque muchas veces la gente dice lo
que ya conoce, no nos van a decir lo que no conocen. Y nuestro trabajo
educativo debe ser que la gente conozca más cosas y que le guste.
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